Seleccionar página

Si algo tienen los días de verano es que dan mucho de sí. Tanto, tanto, que exprimimos las horas de luz hasta máximos insospechados. Es decir, hasta la puesta de sol. Esta es una costumbre muy mediterránea y que, de momento, no pasa de moda. Es más, no solo no pasa de moda, sino que está más de moda que nunca. Porque, ¿quién no ha colgado alguna vez una foto de este momento en alguna de sus redes sociales? Disfrutar de este instante es un lujo, y si encima lo podemos compartir, se torna incluso mejor. No importa dónde sea: playa, montaña o terraza. Todo sirve. Pero si nos referimos a este último lugar, las terrazas, tampoco importa si están en lo alto o en lo bajo, lo importante, insistimos, es estar al aire libre.

En este contexto, nuestras amigas las marcas no iban a quedarse en casa, ajenas a lo que demanda el público, o dicho en un lenguaje más marketiniano, los consumidores. A nadie le sorprende ya encontrar a marcas de bebidas patrocinando estos espacios. Es habitual que parte de estos espacios, o todos ellos, estén ocupados por grandes carpas, lonas, sillas, barras, o similar, con denominaciones de producto, logotipos o imagotipos. Cinzano, Coca-cola, Moët, Estrella Damm… a todas las hemos visto y a nadie nos ha sorprendido; viene siendo algo habitual entre quienes quieren acercarse a su público y quienes quieren que así sea.

Fuente

Fuente

Antiguamente era costumbre ver este tipo de gestos en locales de ocio nocturno. Así, los que eran de trago fácil, o los que más exprimían la noche eran premiados con camisetas, llaveros, mecheros, o cualquier otro gadget inútil pero que en aquél momento se volvía de lo más deseado. Misterios de la noche… Ahora, en cambio, las modas han cambiado. Las marcas ya no necesitan obsequiar para regalar sonrisas. Simplemente necesitan estar. Si lo hacen bien, su simple presencia, basta. Así, una barra bien preparada, un photo call diseñado con gusto o un cornerestratégicmanete ubicado son suficientes para que los consumidores se interesen por las marcas. Si hay engagement, todos se sienten orgullosos de posar con ellas y subir esas instantáneas a sus redes sociales favoritas. Compartir, compartir, compartir. Esa es la premisa. Y si los instagramersestán contentos con esas imágenes tan chic, imaginemos cómo deben estar los señores anunciantes: sus seguidores, además de crear comunidad de marca, se encargan, orgullosos, de difundir los nombres de sus productos ante millares de personas. Impactos impagables e inalcanzables pagando…

Quizás, mientras leías esto, no has podido evitar soñar con el nombre de tu marca envuelto entre flashes y puestas de sol. Si te apetece hacerlo realidad, no dudes en contactar con nosotros. En Rodós Media podemos ayudarte y hacer, del verano, el momento ideal para hacer ese ‘click’ con los tuyos.

Carolina Serra, Departamento de Marketing