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El pasado 18 de mayo tuvo lugar la jornada de debate ¿Se habla español en la publicidad?, organizada por la Real Academia Española (RAE) y la Academia de Publicidad (AP). Ambas instituciones han puesto en marcha una iniciativa que pretende defender el uso de la lengua española entre la población española y, de manera muy especial, en el mundo publicitario, en todos sus ámbitos. Así, según la RAE, “tiene como objetivo concienciar respecto al buen uso del idioma español no sólo en los spots, sino también en la sociedad en general”.

Como publica Anuncios, y según cifras correspondientes al estudio realizado por la RAE en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, el dato es cuanto menos alarmante: “en 2015, 322 marcas usaron el inglés en su publicidad. Estas marcas invirtieron 520 millones de euros (un 20,4% de la inversión publicitaria)». Esta investigación profundiza sobre las razones del uso de inglés en la publicidad e intenta acercarse al cómo lo acepta la audiencia y al porqué.

Una de las conclusiones que se extrae es que la lengua española se asocia, por cuestiones históricas, al aislacionismo. Otro de los datos que obtenidos es que, por suerte, todavía existe una parte de la población que no acepta esta intrusión de la lengua inglesa en nuestra cotidianidad y que, incluso, cree que puede acabar resultado perjudicial para las marcas y productos, ya que pueden quedar desposeídas de su bien más preciado: su identidad.

En el marco de esta campaña, se ha realizado un ingenioso spot que pretende reflejar, a modo de parodia, lo que sucede con el uso y abuso de tantos términos anglosajones, en ocasiones vacíos de contenido. Realizado por la agencia Grey, puedes ver el anuncio aquí:

Al leer esta noticia, se nos ocurrió sumergirnos en nuestra hemeroteca interna, a la caza de muestras antiguas, concretamente de los años 40, una década donde la autarquía y el aislamiento internacional estaban a la orden del día. Vimos que el orgullo de todo lo español quedaba latente en cada una de las piezas que se realizaban. Anunciantes, agencias y clientes, así lo concebían.

En nuestra particular inmersión, nos ha parecido oportuno centrarnos en las marcas y productos más susceptibles de incorporar este tipo de vocabulario, y en vistas de lo que viene sucediendo, nos hemos fijado en las de belleza e higiene. La verdad es que nos ha sorprendido el resultado:

Muestra de anuncios realizados por Roldós durante los años 40 y publicados en La Vanguardia

Si nos fijamos en los anuncios adjuntos, vemos que, a pesar de que en ocasiones se intuye un estilo ciertamente afrancesado, el vocabulario español se mantiene en estado puro, donde se aprecia la elección, precisa, de cada término, que se refiere exactamente a lo que designa.

Ciertamente, hace algo más de un lustro, el conocimiento de la población de lenguas extranjeras era menor, pero tenía un mayor respeto por nuestra lengua. Esperemos que las nuevas generaciones lo recuperen pronto y sepan apreciar la riqueza de nuestra lengua.