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De estar vivo, esta semana nuestro fundador cumpliría 168 años. Nacido en la calle Platería, 2 de Barcelona el 29 de marzo de 1846 en una familia catalana –hijo de Miguel y Buenaventura-, Rafael Roldós Viñolas inicia su actividad laboral a la temprana edad de once años. Su primer trabajo lo desarrolla en una imprenta, concretamente ejerciendo de tipógrafo. Este oficio representa el punto de partida para un muchacho emprendedor y con ganas de llevar a cabo otros proyectos más ambiciosos. Su espíritu inquieto le permite materializarlos, algunos con más suerte que otros.

Rafael Roldós

En este post no pretendemos profundizar en sus innumerables iniciativas, ni tan siquiera en la única que ha perdurado, Roldós Publicidad, hoy una agencia de medios que empezó en 1872 -en un pequeño local de la calle Escudellers de Barcelona- como uno de los primeros centros de anuncios del país. Nuestro propósito es, además de celebrar el nacimiento de nuestro fundador, compartir algunos de sus más destacados valores, que con mucho tesón supo transmitir a sus descendientes e inculcarlos en sus negocios. Sin embargo, estas cualidades traspasaron cualquier frontera y se convertirían en piezas clave para la actividad anunciadora en todas sus dimensiones.

Uno de los valores que avala nuestro éxito, por tanto, es herencia de don Rafael Roldós Viñolas. Se trata, nada más y nada menos, que del trato que concedía a sus clientes. La difícil tarea de los primeros agentes de prensa ante pequeños comerciantes que, por desconocimiento o desconfianza, eran reacios a esa actividad incipiente llamada publicidad, hacía mucho más difícil establecer cualquier acercamiento. Sin embargo, el tesón de estos profesionales, entre ellos Roldós, les enseñó la utilidad de la publicidad, en aquel entonces, en una fase embrionaria. Evidentemente, esta relación sólo podía labrarse desde la confianza. Y para ello había que ganársela, algo que no todos supieron hacer. Roldós sí supo ganarse el respeto de todos cuantos coincidieron con él y fue reconocido por ello. Y esto no lo decimos nosotros, que también, sino que aparece publicado en numerosas cabeceras de la época. Por ejemplo, el diario El Liberal se publica, con motivo de su fallecimiento, lo siguiente:

Era el prototipo del hombre honrado y laborioso, que a fuerza de trabajo y constancia había logrado reunir una importante fortuna y adquirir un sólido prestigio en el mundo de los negocios (…) fue uno de los propulsores de la moderna agencia de publicidad, fundando la que lleva su nombre, y que es conocida y respetada en el mundo entero”.[1]

Afortunadamente los hijos de Roldós supieron recoger el testigo de su padre y mantener la actividad de la agencia y de otros negocios de los que se hallaban al frente bajo la batuta de sus valores. A día de hoy, su espíritu sigue más vivo que nunca y seguimos manteniéndolo, siendo el motor regulador de nuestra actividad. Si bien han cambiado las formas y maneras desde el siglo XIX, la relación entre ambas partes sigue siendo la misma. Por lo menos por lo que a nosotros respecta.

Gracias a Rafael Roldós Viñolas, trabajamos con la certeza de que de la transparencia nace el respeto y de la cercanía, la confianza.

Don Rafael, con el debido respeto, ¡gracias y felicidades!


[1] El Liberal, octubre 1918.