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Hace 85 años, en verano de 1929, Rafael Roldós Gómez, hijo del que fuera fundador de esta agencia, pronunciaba la conferencia “La función de las agencias de publicidad” en el I Congreso Nacional de Publicidad, un congreso celebrado en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Él, junto con varios técnicos publicitarios –entre los que se encontraban los más prestigiosos profesionales del momento como Rafael Bori, Pedro Prat Gaballí, José Gardó, Juan Aubeyzon, etc.- ofrecieron varias ponencias en lo que era una de las primeras iniciativas de esta envergadura que se celebraba en nuestro país. Expuestas en la Casa de la Prensa de la Exposición, los temas que abordaron trataban, naturalmente, sobre publicidad.

Imagen de la Casa de la Prensa, edificio realizado por Pere Domènech y Roura, hijo del arquitecto Lluís Domènec i Montaner

Hoy, en los tiempos que corren donde la corrupción y el engaño están a la orden del día y se nos presentan como una nueva sección de los informativos, como si fuera “El tiempo” o “Los deportes”, se nos antoja hablar del compromiso para con el prójimo, especialmente en aquellos casos en que se establece un acuerdo basado en la confianza, como es el caso del negocio publicitario.

Anuncio de los grandes almacenes El Siglo durante la Exposición Internacional de 1929

En muchas ocasiones los agentes que participamos en este entramado hemos sido víctimas de la desconfianza por parte de los anunciantes. Agencias de publicidad, agencias de medios, medios de comunicación, productoras, etc. hemos sido juzgados injustamente, viéndonos sometidos a duras críticas y acusándonos de oportunistas de forma injusta. Ni no todas las empresas son iguales ni nos encontramos en el mejor momento para que uno vaya desconfiando de quien no lo merece, cuando existen casos reales y evidentes que sí inducen al alejamiento.

En un entorno tan fragmentado, con una desbordante proliferación de medios, soportes y plataformas, y donde un anunciante es incapaz de abarcar todas las alternativas existentes para dar respuesta a su estrategia de medios, se hace necesario volver a confiar en el prójimo. Sí, los anunciantes necesitan de terceros para llevar a cabo sus campañas y eso pasa también por contratar a agencias de medios ágiles en la planificación y en la negociación de espacios, y que se base en la trasparencia. Por este motivo creemos más vigente que nunca las palabras pronunciadas por Rafael Roldós Gómez en 1929, con las que asentaba las bases de las agencias:

«Los que vivimos la publicidad y más todavía los que la vivimos en un plano responsable hemos constatado en muchas ocasiones lo fácil que sería burlar los intereses del anunciante en beneficio propio suscribiendo compromisos y garantías con la prensa. Sería fácil. Pero es preferible no hacerlo, porque, al cabo, la Agencia resultaría la más perjudicada, perdiendo, por su deslealtad, el crédito que en ella hubieran puesto sus clientes».

A estas palabras añadía que,

“Solamente una organización especializada, tradicional, que haya crecido con la prensa del país y vivido los problemas más complejos de la publicidad y contrastado hasta el límite de los posibles las diferentes características de nuestra población está en condiciones de obtener de la campaña planeada por el técnico el máximum de rendimiento”.

Conscientes de la importancia de estas dos premisas, en Roldós llevamos más de 140 años fortaleciendo el binomio agencia-anunciante.