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Hablábamos la semana pasada de una conferencia impartida con ocasión de la presentación del Anuario de la Comunicación 2017, y de la importancia de la CONFIANZA en las relaciones empresariales y ante los consumidores. El miércoles 5 de julio, Luca de Meo – presidente del comité ejecutivo de SEAT – hablaba en ESADE de la 4ª revolución industrial, y su influencia en el mundo del automóvil, importantísimo para la economía en general y para la española en particular.

“El Cliente manda”, “el móvil manda”, “coche eléctrico”, “coche autónomo”, “coche compartido”, “energías renovables”, “regulaciones medioambientales”, “clusters de innovación”, estos conceptos aparecieron durante su conferencia. Añadió la importancia de que los costes laborales vayan creciendo a medida que lo hace la productividad, destacando la formación a los trabajadores como medio para reorientar a las personas en el nuevo mundo 4.0.

El automóvil que viene será eléctrico, autónomo, compartido – Mar Alarcón nos lo decía a través de su plataforma Social Car para alquilar coches entre particulares –, y estará hiperconectado con todo lo que le rodea: el conductor, acompañantes, tiendas, restaurantes, bancos, estaciones de servicio, infraestructura viaria. Pero, ¿qué tipo de legislación sobre los datos que se entrecruzan relativos a personas, compras, preferencias, va a regir esta creciente forma de interactuar? ¿Es lícito recibir en el salpicadero del coche, sin haberla solicitado, información de un hotel o restaurante próximo mientras conduces? ¿Si tienes un accidente al “no conducir” un coche autónomo, pagará tu compañía de seguros, el fabricante del auto, el constructor de la autovía “inteligente”? ¿Qué hacer con la cantidad de datos que se generarán entre el vehículo –internet de las cosas– y todo lo que le rodea? ¿Se acabó la privacidad?

De forma parecida, Rodolfo Tesone – abogado y presidente de Enatic – se preguntaba, durante la reunión auspiciada por DIRCOM en una sala del bufete Cuatrecasas en el 22@, si incumplen la ley las grandes compañías tecnológicas cuando permiten que, mientras nos relacionamos en las redes sociales con amigos y parientes, nos acribillen con anuncios sobre a dónde viajar en vacaciones o cuál ha de ser nuestro modelo de coche. O que quienes trabajan con “big data” utilicen complejos algoritmos para saber si mientras viajamos en AVE aprovechamos para comprar en Amazon un libro o nos descargamos tal o cual película o serie de TV.

Parece claro que en ambos casos, el coche conectado y quienes manejan los “big data”, gozan de una impunidad debido a la falta de una legislación que va por detrás de los avances tecnológicos. Como decía el Sr. Tesone, se juzgan hechos en el siglo XXI con leyes del siglo XIX.

Para ayudar en estos temas legales vale la pena contactar con Enatic, expertos de la abogacía en temas digitales, de la misma forma que si necesitas ayuda para planificar tus campañas publicitarias te pongas en contacto con Roldós y estaremos encantados en proponerte la mejor solución para que tus mensajes lleguen a tu público objetivo.