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Normalmente utilizamos el sentido de la vista y el sentido del oído para captar los mensajes que nos llegan desde los anunciantes. Los Medios Tradicionales (televisión, prensa, radio, exterior, cine, revistas…) piensan sus campañas en que éstas sean vistas, oídas o leídas. Los Medios Digitales como plataformas digitales, la parte digital de los que hemos mencionado como tradicionales, las redes sociales como Fb o Ln, los buscadores como Google,… todos ellos interactúan con el cliente potencial en base a esos dos sentidos.

El sentido del gusto o del tacto podemos encontrarlo en las muestras de producto que nos ofrecen en el supermercado, en las ferias, en envíos comerciales a domicilio, ya que al volver a casa podemos probar esa crema facial o ese caramelo y comprobar su resultado.

Pero …  ¿y el sentido del olfato? Hay productos que podemos distinguirlos por el olor que desprenden, que a su vez va unido a emociones, sentimientos, recuerdos. Al oler una flor o  un perfume, recordamos situaciones vividas que nos hacen pensar en momentos agradables. Cuando nos acercamos el domingo a comprar un pollo asado a una tienda de la calle, el olor que llega unos metros antes nos hace la boca agua pensando en atacar el muslito con una buena copa de vino.

¿Y si de repente notamos un olor especial, reconocible, en un lugar inesperado, pero al que podemos dedicar toda nuestra atención? Imaginemos que vamos en el autobús, o estamos esperando el metro, o cogemos un taxi, y nos llega el olor de un perfume que nos atrae y nos recuerda a una persona a la que queremos volver a ver. Sin duda, hay una mayor probabilidad de que compremos ese producto.

Desde aquí animamos a los responsables del marketing de producto a considerar el olfato como un sentido a explotar, una experiencia diferente. En Roldós te animamos a probarlo.

 

José Manuel Casasnovas Roldós
Consejero Delegado Roldós Media