Seleccionar página

Todas las empresas necesitamos tener Clientes nuevos cada año. Los Clientes son el pan nuestro de cada día y la razón de ser de las organizaciones, y como ocurre con los seres vivos, nacen, crecen, se reproducen y mueren: cuando los captamos, “nacen”; conforme pasa el tiempo, “crecen” (upselling), y normalmente “se reproducen” al suministrarles productos y servicios de otras ramas de negocio (crosselling); y al final – aunque felizmente no todos acaban así – “mueren” por diversas causas, unas internas como una deficiente atención por nuestra parte relacionada con la calidad, el servicio o el precio, y otras externas, la desaparición del Cliente, la absorción por una multinacional con otros vínculos de sus proveedores, etc.

Por ello nuestro “pipeline” comercial debe estar siempre atento a recibir suficientes “leads” de forma constante para que el ciclo de vida natural se perpetúe, y entren cada ejercicio más Clientes de los que, por unos u otros motivos, nos abandonan. Además de la lógica metodología para retener Clientes (cuidándolos bajo todos los aspectos posibles), considero importante dos aspectos: saber de dónde ha llegado el “lead” que posteriormente ese “prospect” se haya convertido en Cliente, y utilizar herramientas externas para la captación de Clientes B2B.

Conocer exactamente la procedencia del Cliente (a través de qué canal lo he conocido) es interesante para aplicar los recursos en las acciones comerciales adecuadas, en función de los resultados que me mostrará un CRM en el que tendré unas casillas de “procedencia del Cliente” junto a un desplegable que me obligue a seleccionar entre varios campos como:

  • Prospección comercial campaña XXX
  • AdWords – Acción publicitaria YYY
  • Feria/Congreso ZZZ
  • Recomendación de Clientes
  • Equipo externo
  • Proveedores
  • Etc.

y así dedicar los esfuerzos y el dinero aquellos apartados que, históricamente en los últimos periodos, me han dado una mayor fuente de Clientes potenciales. Y una de estas fuentes, el “equipo externo”, me puede servir para el segundo aspecto que comentaba. Cuando tengo que operar en mercados nuevos, en vez de destinar recursos sin saber el grado de éxito que tendré, puedo contratar un servicio comercial externo que, con una pequeña inversión que se recupera con el primer Cliente nuevo, me permitirá tomar el pulso a ese producto o zona geográfica poco conocida, y afianzar mi posición cuando ya tenga una penetración suficiente que me permita organizar un equipo propio para esa zona o sector. Ejemplos de ello que me han servido muy positivamente:

Ahí os lo dejo 😉

Jose Manuel Casasnovas Roldós. Consejero Delegado de Roldós Media.