Seleccionar página

Siempre, pero todavía más en tiempos turbulentos como los de la era Covid-19, son necesarios verdaderos líderes. Especialmente en los cimientos de nuestra sociedad: en Política, en las Empresas, en las Familias. Hace pocos días publicamos en Linkedin un artículo de Visual Capitalist en el que comentaba el ensayo de Vincent Molinaro “Accountable Leaders”, donde se exponían una serie de características comunes a los Líderes Mediocres (que tienen poco de “accountable”). Tenemos que forzar a los líderes mediocres (LM) a que cambien (no es fácil, entre otras cosas porque su mediocridad les impide percibir que están fuera de juego), o que den un paso al lado. Probablemente sean útiles en otro desempeño, pero no en el de líderes.

En inglés se diferencia la palabra “Responsibility” – la responsabilidad en general, que puede ser compartida con otros, de más generalista como la Responsabilidad Social Corporativa, hasta la responsabilidad sobre tus empleados o tus familiares – de “Accountability”, la cual se refiere a la responsabilidad personal e intransferible, que no puede ser compartida con nadie. El líder es “accountable” de sus actos y de sus decisiones, y también por la omisión al no tomarlas.

Los LM no invierten tiempo en aprender cómo dirigir mejor a su equipo, cómo ser más cercano y motivador, más ágil en la toma de decisiones. Están demasiado focalizados en el día a día de las operaciones en vez de tener su cabeza por encima de los nubarrones que presagian la tormenta, aunque de vez en cuando deba fijarse en los pequeños detalles para dar el “tono a la pieza y convertirla en música”.

Los LM siempre esperan permiso para actuar. Por inseguridad, para no tomar riesgo que se vuelva contra ellos, no arriesgan cuando en los momentos de dificultad es cuando los verdaderos líderes (a cualquier nivel de la organización) aparecen para tomar decisiones o proponerlas con énfasis adecuado al grupo al que pertenecen.

Los LM se fijan en su esfuerzo, en su dedicación, y no en sus resultados. Pasan horas en el despacho y eso les parece suficiente, les cauteriza la mente, y van perdiendo foco con el mundo que les rodea, se van aislando.

Los LM suelen culpar a otros de sus errores (“si tienes un problema, busca a un culpable y cuídate de no ser tú”), no reconocen los suyos; más bien al contrario, actúan protegidos por su cargo o título, para evitar así el riesgo y la incertidumbre.

Los LM no tienen iniciativas, no inspiran a sus colaboradores ni a sus compañeros con sus ideas y propuestas innovadoras. No asumen la responsabilidad de llevar adelante nuevos retos. Probablemente la organización no se ha preocupado de que estos LM tuviesen modelos reales de los que aprender o que asistieran a formaciones de management adecuadas a su nueva posición.

Se reconoce que el estilo de dirección mediocre influye negativamente en la organización o en el departamento, realizando tareas ineficientemente o que no aportan valor simplemente por una mala dirección. Hay que evitar los líderes mediocres en base a conversaciones significativas con ellos, centradas en actuar para evitar esa mediocridad, dando el ejemplo y la formación adecuada; o recolocándolos en otros puestos en los que sus capacidades e ilusión puedan volver a ser útiles; o tomando decisiones difíciles pero necesarias para el futuro inmediato.

En tiempos de dificultad o de cambio importante no podemos permitirnos tener LM en nuestras organizaciones, sean éstas del tipo que sean. Hemos de ser capaces de reconocerlos para ayudarles a cambiar, poniendo en marcha las herramientas que tenemos a nuestro alcance. En Roldós Media nos tomamos en serio el liderazgo, tanto como empresa como individualmente cada uno en su puesto de trabajo. Con esta motivación creemos estar preparados para ayudarte a efectuar una planificación efectiva de los medios publicitarios en los que anunciar tus productos y servicios.

 

José Manuel Casasnovas

Consejero Delegado