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Al hilo de lo tratado en el post de la semana pasada, la relevancia del tema nos invita a seguir hablando de las estaciones de los transportes públicos como soporte publicitario, ya que a veces olvidamos que esta práctica es mucho más antigua de lo que pueda parecer.

Tranvia Barcelona Publicidad

Antiguo tranvía barcelonés con una publicidad bien actual…

En Barcelona, los primeros tranvías empiezan a circular a mediados de la segunda mitad del siglo XIX. Con el fin de facilitar la tracción de los pesados ómnibus, se tendieron rieles a lo largo de su recorrido y progresivamente se fue alargando el trayecto hasta conectar casi toda la ciudad. Como es natural, los ciudadanos no tardaron en utilizar este medio de transporte para desplazarse, especialmente los fines de semana.

En un contexto donde una gran parte de la población no estaba alfabetizada la publicidad exterior se convirtió en uno de los medios más efectivos, especialmente el cartel. Sin embargo, su uso indiscriminado provocó una enorme saturación, dejando a los mensajes enterrados bajo nuevos mensajes que se fijaban día tras día. Esta saturación, junto con la creciente demanda del uso de los transportes públicos (los ciudadanos carecían de transporte privado) dio origen a la instalación de mobiliario urbano con uso publicitario, una oportunidad de negocio que sólo los más avispados supieron aprovechar. Este es el caso de Rafael Roldós, uno de los primeros agentes que sí lo supo vislumbrar. De nuevo, su visión emprendedora le condujo a ofrecer este servicio en la década de 1870, algo muy novedoso si tenemos en cuenta no sólo la reciente inauguración de su agencia, Roldós y Compañía, sino también la reciente aparición de los primeros tranvías de Barcelona.

Como en tantos otros publicados en la década de los setenta y ochenta del siglo XIX, la agencia detallaba en este anuncio aparecido en El anunciador catalán la oferta de sus servicios, entre los que se encontraba la admisión de anuncios para las estaciones de ferrocarril y tranvía.

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Fuente: El anunciador catalán, 5 de febrero de 1878, p. 4.

 Su idoneidad como soporte publicitario ha hecho que las formas publicitarias se fueran adaptando a medida que los medios de transporte se iban ampliando y evolucionado. Podríamos resumir sus ventajas respecto a otros medios y soportes en cuatro:

  • Son localizaciones que concentran a un amplio (y diverso) número de transeúntes, por lo que el precio por impacto es muy reducido.
  • Suelen generarse largos momentos de espera, lo que incita al usuario a leer cuanto tenga a su alrededor y, en ocasiones, más de una vez.
  • Los formatos de las piezas publicitarias son de gran tamaño, lo que permite gran visibilidad de su contenido.
  • Invitan a la acción inmediata siempre y cuando el establecimiento se halle cerca de las estaciones.
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En el Siglo XXI los transportes públicos siguen siendo un medio muy interesante.
Desde hace siglos en Roldós conocemos estas ventajas y sabemos cómo aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el mobiliario urbano. Si estás interesado en saber más, contáctanos.